Fue un año de cambios —otra vez— en el modelo de negocio. Ajustes necesarios, decisiones incómodas y muchas conversaciones internas para entender hacia dónde íbamos y cómo queríamos seguir creciendo. En medio de todo ese movimiento, hubo algo claro: tres líneas de trabajo se mantuvieron firmes y, más aún, se fortalecieron.
- Vasos hechos a partir de botellas de vidrio recicladas y personalizados, nuestro origen y corazón.
- Serigrafía para productos cilíndricos de cualquier material, una línea que nos ha retado técnicamente y nos ha hecho crecer como taller.
- Talleres de serigrafía y corte de botella con propósito ambiental, espacios donde compartimos conocimiento, conciencia y transformación.
No participamos en muchas ferias durante el año, pero las pocas en las que estuvimos fueron fantásticas. Como siempre, conocimos personas nuevas, historias distintas y seguimos ampliando la red de Two Glass en Cali. Cada encuentro reafirmó que lo que hacemos conecta, y que nuestra propuesta va mucho más allá de un producto.
Cerramos el 2025 con muchos aprendizajes. Aprendimos a liderar equipos, a hacer empresa de verdad, a tomar decisiones cuando el panorama no es claro. Aprendimos que cuando todo parece perdido, siempre hay una salida, aunque al inicio no se vea. Que las deudas ciegan, sí, pero incluso con un bastón se puede encontrar el camino.
Entendimos algo fundamental: nuestro entorno tiene que estar bien para que todo fluya. Las cosas no pasan porque sí. Aunque intentemos llevar todo al razonamiento, creemos que cada experiencia tiene un propósito, incluso las que duelen.
También descubrimos algo que todavía nos saca una sonrisa. Hay personas que dicen que su vida fue antes de Two Glass y después de Two Glass. Nos reímos cuando lo escuchamos, pero en el fondo sabemos que la esencia de la empresa ha permitido que muchos la quieran a su manera, que la sientan cercana, propia.
Este año también nos enseñó a vender.
Algo que al inicio fue extremadamente difícil y que aún seguimos aprendiendo. A quienes tienen esa habilidad natural, felicitaciones, porque de este lado vender nos ha sacado lágrimas, dudas y miedos… pero también carácter.
Aprendimos a confiar y a desconfiar.
A abrir puertas y a cerrarlas cuando es necesario.
A seguir caminando incluso cuando el cansancio pesa.
Mirando al 2026
Para el 2026 nos dimos un ultimátum.
Uno real, consciente y sin adornos. Y aun así, decidimos seguir.
Seguimos porque creemos en lo que hacemos, porque aunque ha sido difícil, nos van a tener para rato. Porque incluso cuando dudamos, aquí seguimos, avanzando, aprendiendo y —sin todavía creérnoslo del todo— dando sorpresas.
Two Glass no es solo una empresa, es un proceso vivo. Y lo que venga se construirá con más criterio, más experiencia y la misma esencia que nos trajo hasta aquí.
A quienes han estado, a quienes llegan y a quienes quieran aportar desde el respeto y los valores: bienvenidos.
El 2026 apenas empieza a tomar forma… y nosotros también.